Por: Mirline Thomas
El ser humano, en su fisionomía, ha sido creado para estar acompañado. Así
lo experimentó Adán. ¨Y dijo Dios: no es bueno que el hombre esté solo. Le haré
una ayuda idónea¨ (Génesis 2:18). Así Dios instituyó el matrimonio que consiste
en una unión de mutuo consentimiento entre dos personas de sexos diferentes
fundada en principios de estabilidad, indisolubilidad, lealtad y fidelidad reciprocas.
Sin embargo, hoy en día las estadísticas reflejan el incumplimiento de
dichos principios. Por ejemplo, en Argentina conforme a un artículo publicado
por María V. Bertoldi de Fourcade, una de cada tres parejas se divorcia; en
Ecuador la cantidad de divorcio entre 2000 y 2010 incrementó de un 68.8% según datos de Instituto Ecuatoriano de
Estadísticas y Censos (INEC), mientras que para el Observatorio Político Dominicano
se ha registrado 67,063 divorcios entre el 2007 y el 2010 en la República
Dominicana
Frente a tal alarmante realidad es importante preguntarnos y analizar por
qué las parejas se acuden al divorcio. Las
causas del divorcio se clasifican en dos: internas y externas; pueden originarse de cualquiera de los conyugues.
Les indicaré algunas a continuación.
Causas Internas
1)
Inmadurez, porque no saben cómo enfrentar los conflictos surgidos
2)
Baja autoestima
3)
Celos injustificados
4)
Expectativas personales no
logradas
5)
Carencia de compromiso emocional
6)
No reconocer que cada uno tiene carácter
y costumbres diferentes
Causas Externas
Cuando las parejas se encuentran en estas situaciones, muchas veces se enfocan en la salida más rápida, ¨la separación¨, en vez de sentarse para resolver el problema ya que no piensan en las consecuencias de tal separación. Ahora, nos preguntamos, ¿qué pasa con los hijos? Vamos a ver…
1-
Alcoholismo o drogadicción
2-
Aburrimiento y rutina
3-
Violencia intrafamiliar (sicológica
o físicamente)
Cuando las parejas se encuentran en estas situaciones, muchas veces se enfocan en la salida más rápida, ¨la separación¨, en vez de sentarse para resolver el problema ya que no piensan en las consecuencias de tal separación. Ahora, nos preguntamos, ¿qué pasa con los hijos? Vamos a ver…
Existen etapas
en la vida de un niño o niña en las cuales necesita el afecto de ambos padres.
Cuando no lo encuentra, este pequeño crecerá con este vacío y llegará un
momento en el cual va a buscarlo en un lugar y circunstancias equivocadas. Y si
este no sabe que quiere en la vida ni tiene una meta trazada, hasta ahí llega
su vida.
Al divorciarse
las parejas no piensan en sus hijos. Dicen: ¨soy joven y bello o bella, así que
me casaré de nuevo¨. Sin tomar lecciones
del por qué fracasó su primera relación. Los separados gozan con sus
respectivas nuevas parejas, mientras que los pobres hijos inocentes sufren de
las consecuencias.
Pues, el
matrimonio exitoso no es él que no ha tenido problema, sino aquél en el cual
los conyugues enfrentan debidamente los conflictos.
Consejos para
un matrimonio indisoluble y feliz
-
_ Que Dios y el amor sean las bases
del matrimonio
- _ Esperar el tiempo adecuado para
casarse
- _ No ver el divorcio como la mejor
ni la única solución
- _ Sacar tiempo uno para el otro
- _ Comunicación efectiva entre sí
- _ Eliminar todo lo que afecta a la
familia
- _ Reconocer que es una institución divina
y que tenemos que regocijarnos en ella al máximo
- _ Reconocer que ustedes son
personas de diferentes carácter y
costumbres
- _ Esperar los momentos adecuados
para hacer las observaciones y críticas.
- _ Evitar que los hijos, inocentes,
sufren por sus decisiones matrimoniales erróneas.
